miércoles, 19 de enero de 2011

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría por la ciudad camino, no preguntéis adónde. Busco acaso un encuentro que m e i l u m i n e e l d í a ,
y no hallo más que puertas que NIEGAN lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,cruza por mi mirada un tren interminable el barrio donde habito no es ninguna pradera,desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el número siete, calle M e l a n c o l í a.
Quiero mudarme hace años al barrio de la ALEGRÍA.
Pero siempre que lo intento ha s a l i d o ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del o l v i d o,
fatigados de tanto andar
 sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
m e e n f a d o con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la a u s e n c i a que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera que no encuentra ventanas donde agarrarse,
soy esa a b s u r d a epidemia que sufren las aceras,
(Si quieres encontrarme, y a s a b e s d ó n d e e s t o y.)

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El amor es irracional.Cuanto mas quieres a alguien, menos logica tiene todo